La diosa Bastis fue muy representada en formas y tamaños diversos, y la costumbre era acompañar a muchos sarcófagos de gatos con una figurilla de Bastis. Durante este período los mininos fueron tratados como dioses; su muerte era considerada una calamidad y en consecuencia, algunos gatos eran momificados. En la ciudad de Zagazig, hoy, antigua ciudad Bubastis, se encuentran muchas tumbas con pequeñas esculturas de gatos; en esta ciudad se celebraba, en honor a la diosa, la fiesta de la embriaguez, donde se comía, se bailaba y se consumía vino en abundancia.

Los persas llevaron gatos y los utilizaron como defensa en la conquista de algunas ciudades; fue así como los egipcios perdieron la ciudad de Pelusio, actual puerta Said. Por otra parte, la diosa era nombrada “Imagen del alma despierta” o “Vidente de la noche”. La figura de la reina Bastis es un representativo ejemplo de la escultura egipcia en el antiguo Oriente.